Hoy es el día que inicia el experimento: me voy a vivir a mi cuarto básico, un espacio de 3.2m x 10m. Lo cual quiere decir que voy a vivir en un espacio mínimo, con tan solo lo indispensable. Me uno a lo que en el programa de Netflix llaman The Tiny House Nation. No es un compromiso de por vida. Será un experimento de doce meses, en lo que la casa principal se va construyendo. Inicialmente, este cuarto, que sirve parcialmente de cimentación para el resto de la casa, estaba visualizado como un cuarto de servicio y bodega, pero un día, en el sitio, mientras los muros de piedra se iban levantando, se me ocurrió que podría usar este espacio como un prototipo para la casa principal. Podría poner a prueba ciertos materiales, ciertos sistemas de cancelería, podría ir entrenando al equipo de construcción al tipo de materiales, el tipo de detalles, y el tipo de espacios que visualizo para la casa principal. Digamos que el cuarto básico, cómo he llegado a llamarle, sería maqueta uno a uno del tipo de construcción y el tipo de detalles que me gustaría llevar a cabo en la casa básica. Pero, principalmente, la intención del cuarto básico sería como espacio de entrenamiento, para ir reconociendo las características del terreno, para irme acostumbrando al clima, para ir identificando el potencial del sitio. En otras palabras, la idea será ir aprendiendo a sentirme en casa antes de construir la casa. El cuarto básico será una zona experimental, un espacio para descubrir qué es lo esencial, cuales son los hábitos que deseo incorporando a mi vida cotidiana, y más importante, cuales serán los rituales que le darán significado a esa vida. Paralelamente, comienzo este blog como una manera de compartir mis experiencias pero también como una manera de reflexionar sobre estas experiencias.